Sobre Borges y la masturbación



Debo haber tenido unos seis o siete años, pongámosle diez por las dudas. Era unos de esos días marplatenses en los que hacía calor de verdad, no el de éste sol que cocina, sino de ese sol de fuego lento, cálido y adormecedor que provocaba felicidad de estar vivo (aunque la diferencia no debe estar en el sol sino en nuestro delgado filtro planetario y quizás, por que no, en las mochilas que llevamos).

Entre los zumbidos de los moscardones que destacaban por sobre la ausencia de bocinazos y motores, yo andaba por la vida tratando de sorber todo el mundo por los ojos, claro que el mundo se extendía hasta cada esquina de la cuadra de mi casa, límite borroso si tenemos en cuenta los libros que tanto me gustaba leer. El barrio, en la actualidad plagado de edificios, estaba en esos años sembrado de terrenos baldíos, misterios y aventuras. Una quinta inmensa cercada por árboles era la extensión del pequeño patio de mi casa. Vivíamos en una casita sencilla de piso de tierra, luego cemento pintado de rojo, detrás de la casa de mis abuelos. Ese día, en una de mis excursiones de verano, buscando territorios más frescos a la hora de la siesta, me encontré hurgando en la mesita de luz de mi bisabuela buscando, vaya saber Dios, qué tesoro. Y vaya que el tesoro se materializó en un librito muy pequeño que de un lado decía "Ficciones". Me impresionó sobremanera el dibujo de la tapa, lamentablemente no lo recuerdo, lo que sí recuerdo es que ni por asomo entendí esos cuentos en el sentido lógico de un niño, pero me resonó en la cabeza como la explosión de una bomba atómica. No lo entendí pero lo sentí. Especialmente un cuento, del que recuerdo cada detalle visual de mi imaginación al leerlo, como si hubiera sido un sueño. Muchos Años después lo reencontré y lo redescubrí: "Las Ruinas Circulares". Incluso en el cine, unos otros años después, creo haber visto atisbos de esa visión, en una exitosa película de Di Caprio.





Tenía que hacer todo ese preámbulo para que se entienda mi relación con Borges. Y es que al redescubrirlo años después no paré hasta devorarme todo lo que escribió el maestro. Ahora tenemos que volver en el tiempo hasta el día en que, adolescente quizás, leí por primera vez "La Secta del Fenix"... instintivamente, incluso antes de terminar de leerlo y quizás por mi pertenencia a la gente del Secreto, me dije para mi mismo. "El Maestro está hablado de la paja?". Lo volví a leer y lme convencí aún más.. pero el peso de la literatura misma pudo más que mi conocimiento sobre el humor y la ironía de Borges, y como en Internet no hallé ninguna alusión a tan manual asunto, me dije a mi mismo -No seas paj.., Borges seguro hablaba de alguna cosa de esas que dicen los eruditos que hablaba... 


Pero en el fuero interno seguía convencido, me lo garantizaban estas lineas: 


"No hay palabras decentes para nombrarlo..."
Se ha dicho que alude al sexo, pero al sexo hay formas decentes para nombrarlo, procrear, hacer el amor, etc. en cambio a la masturbación jamás se la puede nombrar de forma "decente"

"Gozan de mucho crédito, en cambio, quienes deliberadamente renuncian a la Costumbre y logran un comercio directo con la divinidad; éstos, para manifestar ese comercio, lo hacen con figuras de la liturgia"   
Aquí habla de los que renuncian a "la Costumbre" y logran un comercio directo (tener sexo) con figuras de la liturgia (mujeres).

"se transmite de generación en generación, pero el uso no quiere que las madres lo enseñen a los hijos, ni tampoco los sacerdotes; la iniciación en el misterio es tarea de los individuos más bajos. Un esclavo, un leproso o un pordiosero hacen de mistagogos. También un niño puede adoctrinar a otro niño. El acto en sí es trivial, momentáneo y no requiere descripción."

(Diríamos que en este párrafo podría aludir también al sexo en general)



"El Secreto es sagrado pero no deja de ser un poco ridículo; su ejercicio es furtivo y aun clandestino y los adeptos no hablan de él."
(Muchos hablan de sus hazañas sexuales, pero quien te cuenta que anoche se acogotó solo?)


Pero si miran con atención aquí, Borges nos indica que habla de la masturbación y no del sexo: 

"Alguna vez, además del Secreto hubo una leyenda (y quizá un mito cosmogónico), pero los superficiales hombres del Fénix la han olvidado y hoy sólo guardan la oscura tradición de un castigo. De un castigo, de un pacto o de un privilegio, porque las versiones difieren y apenas dejan entrever el fallo de un Dios que asegura a una estirpe la eternidad, si sus hombres, generación tras generación, ejecutan un rito" 

Aquí nos indica que para los que se hacen "el secreto" hay una promesa de algo más, un mito cosmogónico, porque dio origen y sentido a "su ritual", otro rito relacionado a la reproducción de los hombres.

Soy tan cobarde que si todo esto hubiera sido respaldado solo por mi intuición jamás lo habría publicado, lo estoy haciendo porque ayer leí un texto de  Roberto Alifano en la excelente página Letralia donde quedan confirmadas mis sospechas.  Creo que Alifano conoce un poquito más a Borges que todos nosotros juntos, así que así si me animo.

Pueden leer su texto completo aca: http://letralia.com/287/articulo01.htm


Saludos a todos los hermanos del Secreto.
Que Onan los bendiga...











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